Wednesday 20 January 2010

Tres Horas Antes De La Guerra





Sueños de canela vuelan sobre tazones de avena,

Bailando en la fría y temprana luz de la mañana.

Música de xilófono escapa de la radio,

y anuncia, cual alondra, las ofertas del día.

Canturreando, ella va de aquí a allá, dentro

Del cálido abrazo de la cocina,

Ese utero de cal y fuego y arcilla que me acaricia

el alma entera, como un arrullo, comouna nana,

como un perro lanudo en el parque al aterder...

Pero el autobús se acerca, navegando lentamente

Bajo las celosía de verde encajes tejidos por la luz

y los apamates, mientras los pájaros cantan pecados

(Como decía mi padre), a coro con chicharras

Y cafeteras, a la vez que sartenes de pesada

Negrura fríen alegres madrugadas de huevos

Con sal.



Sus ojos brillan con sueños que jamás han de venir.

Pero ella cree en ellos y yo creo en ella,

Porque anoche vimos a un hombre caminar

En la luna, bordado a punta de estrellas grises

En la TV, que hablaba en lenguaje de mitos,

Con ese sonido de mares atrapados en caracolas.

-Pero el autobús espera y ella me besa, presurosa.

Su aliento es un eco de menta y miel

Y harina de maíz tostada y café.

Yo le digo adiós y corro hacia mi último día

De inocencia, tres horas antes de la guerra

Y de la sed eterna que su ausencia dejará en mi.

El autobús cruza por la calle principal.

El quiosquero de la esquina, se sienta, aburrido,

Sobre un tonel de noticias apunto de estallar

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