Thursday 22 January 2009

La Vida En Rosa (cuento)


K. de Barratt

Perdí mi inocencia en 1983, el año en que Michael Jackson se transformó en hombre lobo y Dinastía hizo de las cuarentonas mujeres deseables. Acababa de cumplir los quince años y la vida era mariposa multicolor, a punto de alzar vuelo. Mis amigas y yo estábamos obsesionadas con la moda y los chicos –lo que básicamente se traducía a inmensas hombreras y charlas eternas sobre el ídolo juvenil del momento. Andábamos en bandadas: de la escuela a las tiendas al cine a las fiestas con sello de aprobación paterna. Todo parecía estar al alcance de nuestros dedos y cualquier fealdad que pudiera existir, lo hacía muy lejos del mundo en que vivíamos.

Fue en una tarde calurosa, cuando se derrumbaron mis murallas. El bochorno del día se había tornado en algo pesado, una esponja húmeda que estrujaba ríos de sudor desde mi cuello. Yo me encontraba en el autobús, de regreso a casa. Los asientos estaban ocupados por la misma gente que veía todos los días: El Sr. Sarmiento, mi vecino; el ayudante del zapatero al cual iba por lo menos dos veces al mes; la Sra. Amelia, que vendía caramelos desde la ventana de su sala; tres muchachos del liceo; la madre de los gemelos Rivas, con tres de sus cinco hijos; dos mecánicos que frecuentaban las misma panadería que yo. Los conocía a todos, ya fuera por nombre o por oficio, así que cuando el asiento a mi lado crujió, no me molesté en voltear la cabeza para ver quien era.

Estaba reclinada contra la ventana, tratando de encontrar algo de frescura en el vidrio. Entonces me llegó el olor. Fue como una ola gaseosa de frutas podridas y chuletas rancias. Tosí y giré el torso. Lo primero que capturó mi mirada fueron las uñas pintadas de rosado chillón. De ahí, mis ojos viajaron por la gordozuela mano, los músculos del brazo, las peludas axilas, el vestido de lentejuelas rosa. El hombre trataba en vano de controlar su llanto, el mojado rimel pintándole arañas en la cara que se extendían desde la parte superior de las mejillas, hasta los lados del bigote marrón. Agitó suavemente los bucles de su rubia peluca y me sonrío, mansamente. Cómo si yo pudiera entender lo que estaba pasando y ofrecerle algún tipo de consuelo. A él. A un pestífero hombre ataviado con un reluciente vestido de prostituta, limpiándose lágrimas negras del rostro con un sucio pañuelo de encaje gris. Entonces levantó la mano. Hacia mi, hacia mis senos, las rosadas uñas a un milímetro de mi pulcra blusa escolar, casi cómo, cómo si fuera, apunto de...

-¡No me toque! - grité.

De la nada, una docena de manos cayeron sobre él y lo succionaron a la boca del monstruo formado de brazos y puños y gritos. El hombre desapareció dentro de la masa humana por unos segundos. Luego su cabeza –ahora sin peluca- surgió de nuevo, jadeante, ríos de sangre tiñendo al bigote de rojo. Lo arrojaron al suelo y lo patearon, lo rompieron por dentro, los moretones sobre su cuerpo formándose ante mis ojos. El hombre se colocó las rodillas contra el pecho y chilló. El chofer lo agarró por lo que quedaba de su vestido rosa y lo arrojó fuera del autobús. La Sra. Amelia lo maldijo mientras el vehículo se alejaba y lo dejaba atrás, tirado sobre la acera, las manos sobre el rostro, jipiando, llorando de manera incontrolable. Llorando cómo una niña.

El Sr. Sarmiento me acompañó hasta la casa y le explicó a mi mamá lo que había ocurrido. La abuela me preparó un té de manzanilla mientras mi hermano llamaba a mi padre al trabajo. Mamá me abrazó y entonces la ví, reflejada en el espejo del pasillo: una mariquita colgando de la punta del cuello de mi camisa. Mamá también la vio y, sin pensarlo dos veces, la espantó con la mano. Así de simple. Tan sencillo cómo lo hubiera hecho cualquiera. El insecto voló lentamente en círculos y aterrizó con suavidad sobre la superficie pulida del suelo.

Fin

Monday 19 January 2009

La Vida es Sueño


¿Qué tienen en común Buda y Calderón de la Barca; Shakespeare y los hinduistas; los guionistas de las películas “El Último Héroe” y “Matriz” con un físico norteamericano llamado Craig Hogan? Pues que palabras más, palabras menos, todos creen que el mundo es una ilusión, y nosotros simple actores, alternando entre el papel del protagonista de la historia con el del extra en el fondo del bar. Porque de acuerdo con la revista NewScientist del 17 de enero del 2009, “somos hologramas proyectados desde el borde del universo”.

En estos momentos en Alemania, se está llevando a cabo un experimento, conocido con el nada poético nombre de GEO600, el cual, según Hogan, ha encontrado de manera accidental “el límite fundamental del espacio-tiempo –el punto en donde el espacio-tiempo deja de comportarse como la fluida continuidad descrita por Einstein y se disuelve en granos, cómo cuando una ve muy de cerca una foto en un periódico…” (pág.24). Hogan remata diciendo: “Si el resultado del GEO600 es el que espero, entonces todos vivimos un un gigantesco holograma cósmico.” Y luego el reportero explica el porqué de esta afirmación –explicación que comprendí a medias y probablemente con errores.

Genio y figura hasta la sepultura, ninguno de los científicos en el artículo se pone a meditar en el significado que esta realidad tendría para la humanidad, en su continua búsqueda de un “porqué” y “para qué” universal que explique la razón de su existencia. Supongo que para ello tendré que buscar una revista titulada “Filósofo de Sofá” o algo parecido. Lo que si quiero traer a colación es que esta idea no es nueva. Sólo que la primera vez que la oí o leí al respecto no fue en los círculos científicos, sino en los de la ciencia ficción, los espirituales y los religiosos. La piedra angular de las religiones y filosofías orientales es la creencia de que la vida (y por ende el sufrimiento) es una ilusión y por tanto todas ellas hablan de un despertar, de una cobra de consciencia, que permita a los iniciados ver que esta realidad no es sólida y absoluta (algo que la ciencia moderna ya ha comprobado). Esta visión de la existencia ha hecho reír a muchos monoteístas conservadores, que no fallan en responder diciendo algo cómo “lánzate de un edificio a ver si el suelo es ilusión o no”, pero que no ven contradicción en su creencias, de acuerdo con las cuales, rezos a la estatua de una virgen o las palabras de un pastor invocando al espíritu santo, logran la sanación de un enfermo (rompiendo la ilusión de enfermedad, quizás). En el medio esotérico/espiritual, esta idea también es muy conocida y de ella parte mucha de las ideas expuestas en El Secreto y en Conversaciones con Dios.

Para los que no está en una onda científica, religiosa o esotérica, la mejor manera de entender el lado humano del holograma cósmico, es viendo cine y TV. Si han visto Viajes a las Estrellas, La Segunda Generación, sabrán que un holograma es una proyección que engaña a los sentidos y da la impresión de ser tridimensiona, siguiendo las pautas de una programa computarizadol. En la serie, la ilusión es tan perfecta, que si no se apaga el programa, es difícil saber quien es humano o no. Los creadores de Viaje a las Estrellas exploraron con más profundidad las implicaciones del holograma en la serie Voyager.

En un episodio, el personal de la nave encuentra una aldea donde la gente está desapareciendo sin motivo aparente. La aldea se encuentra ubicada en el único lugar habitable de este planeta y hay limites específicos que la gente no debe cruzar, porque de hacerlo mueren. Al final descubre que, con excepción de uno (el creador del programa), todos los aldeanos y la aldea en si, son hologramas, sin consciencia de su verdadera naturaleza. Las desapariciones ocurrieron por una falla en el sistema. Los tripulantes le dicen al creador que ellos pueden arreglar la falla, pero, de forma que no ocurra de nuevo, los hologramas deben saber la verdad, para que no vuelvan a dañar accidentalmente el sistema. El creador duda, porque no sabe como reaccionarán los hologramas, pero al final decide confiar. Se arregla la falla, la aldea y su gente reaparecen y después de algunos momentos de conflicto existencial, los hologramas aceptan su realidad y continúan viviendo la vida pacífica y feliz que siempre habían conocido -particularmente al comprender que, si bien es cierto que el creador instaló en ellos lo básico de su personalidad, ésta se desarrolló gracias a sus acciones, sus vivencias, las ideas que surgieron de sus experiencias y los sentimientos que nacieron del día a día.

El tema del holograma continua en Voyager en el personaje del doctor, un holograma colocado en la hospital de la nave para casos de emergencia. Con el pasar del tiempo, el “programa” del doctor adquiere personalidad, ideas propia, moral y finalmente consciencia sobre si mismo, hasta el punto de que pude salir del área médica y romper los límites que su naturaleza holográfica inicialmente le imponen. Y he aquí donde pienso que el holograma cobra significado en nuestra vida.

Cualquiera que haya visto la película Matriz, sabe que el héroe, Neo, al descubrir que el mundo a su alrededor no es la “verdad-verdadera”, logra manipular la ilusión a su favor y obtiene poderes casi divinos y ciertamente meta-humanos. Neo representa tal vez al Yogi , al Buda, incluso a lo que algunos llaman la Consciencia Crística. Pero quizás Neo no sea el mejor ejemplo para el resto de nosotros, humildes mortales, al contrario de, digamos, Arnold Shawzzenegger.

A principios de los 90, Arnie filmó lo que podríamos calificar como su primer gran fracaso taquillero “El Último Héroe”. En la trama, un niño fanático de las películas de Shawzzeneger entra de forma mágica a un film, para conocer a un ficticio policía, encarnado por Arnie. Así como el niño entra a la realidad de la película, el detective eventualmente sale de ella, y llega a la nuestra, para descubrir que no es más que un personaje, la creación de un escritor que lo ha puesto en una situación en particular para que realice acciones específicas. Y he aquí la lección: el detective se rebela y dice que NO. Que tal vez para los demás será un simple film, pero para él es su vida y va a vivirla de acuerdo a sus propios deseos; que va a dejar de sufrir por el hijo muerto; que va a dejar de culpar a su esposa por el fracaso matrimonial; que va a dejar de ser el hombre violento que alguien imaginó y va a comenzar a ser el hombre que él en verdad quiere ser. En otras palabras, el holograma despertó y decidió cambiar su programa.

Tal vez sea otro caso del Patito de Hule (ver mi post Collar de Perlas), pero en el medio audiovisual los ejemplos son cada vez comunes. En Shrek, el ogro explica a un confundido y adolescente rey Arturo, que uno no tiene que ser lo que los demás (léase la sociedad, familia, circunstancias, religión, política -es decir, el programa) dicen que uno es. Este a su vez le dice a los villanos que el que te llamen monstruo, no te hace necesariamente uno -a menos que tú lo creas y lo aceptes. En un show de TV que ve mi hija de 4 años, llamado Super Why, personajes de cuentos infantiles no pueden dejar de llevar a cabo una acción (llorar, rugir, pelear, dormir) porque “así lo dice mi historia”. ¿La solución? Cambiar la historia. Así que si el cuento dice el “lobo se come a la abuelita”, los héroes de Super Why cambian las palabras a “el lobo toma té con la abuelita” y liberan a los personajes de la tiranía de la predestinación.

El juego virtual Segunda Vida también sirve de ejemplo. Imaginen que crean a su personaje, con todas sus virtudes y defectos, y comienzan a jugar o interactuar con las demás personas y sus personajes en el mundo paralelo. Ahora, imaginen que el Pedro que vive en Caracas, está tan engrosado con su Roberto, un jugador de baseball en un Nueva York virtual, que por un momento (que bien pudiera ser una eternidad) se olvida que está en un tercer piso en la urbanización La Paz y realmente, o por lo menos para su consciencia, se encuentra en territorio Yanqui. ¿Quiere decir esto que el pobre Pedro está atrapado por siempre en el estadio? No. En algún momento alguien o algo (el teléfono, la mamá llamándolo a comer) le recordará su realidad. O, si se siente infeliz con su juego, Pedro (alias Roberto) sencillamente cambiará el programa.

Por los momentos, la noticia sobre el hologram probablemente genere diferentes reacciones. Para el científico, se necesitará más información y años de estudio antes de aceptar, de manera firme, al holograma cósmico como una “realidad”. Para el monoteísta, toda la cuestión será un absurdo o tendrá que replantearse sus creencias y verlas desde otro punto de vista. Los pertenecientes a religiones orientales asentirán suavemente. Los espirituales y seguidores de la Nueva Era posiblemmente sonreirán cómo el gato que se comió al canario y los filósofos se frotarán las manos, felices ante este nuevo reto. Quizás para el resto la cuestión sea un poco –o muy- confusa. Pero con todos los problemas existenciales que la perspectiva del holograma cósmico pueda despertar, las posibilidades de libertad que conlleva, compensan cualquier espera, esfuerzo o decepción.


Sunday 18 January 2009

Collar de Perlas


Hay un experimento psíquico/mágico/psicológico, dependiendo de la postura del que lo practique, llamado el “Patito Amarillo,” el cual consisten en visualizar un patito de hule amarillo por unos minutos. Si el experimento funciona, entonces durantes los siguiente dos o tres días, verás patitos en todas partes. Te encontrarás patos de hule en anuncios, en vitrinas de tiendas, en dibujos animados y, en mi caso particular, en una tarjeta de crédito. Traigo el cuento del patito a colación, por un comentario que hice en un post anterior, en dónde aclaraba que mi intención no es de hacer de éste un blog anti-chavista, pero había perlas anecdóticas de los chavistas que no se podían desperdiciar. Y ultimamente me he encontrado tantas, cómo para armar un collar.

Los chavistas acusan a la oposición, y pienso con cierta razón, de cerrar los ojos a todo lo que se ha logrado en estos diez años de gobierno, caracterizados no sólo por una candente situación política, si no por altísimo ingreso de dinero a través de la renta petrolera, nunca visto en mi país natal, ni en la época del “dame dos” o la "Venezuela Saudita" de los 70 y principios de los 80. Así que tratando de buscar un balance en mi perspectiva, entré a la página gubernamental, Venezuela de Verdad (http://www.venezueladeverdad.gob.ve/seccion/logros-del-gobierno-bolivariano) y comparar su visión no con la de los opositores, si no con la de los propios chavistas, expresándose libremente es su foro Aporrea (www.aporrea.org). Veamos...


Venezuela de Verdad aclara a todo aquel que desee saberlo, que en Venezula la brecha de la desigualdad entre pobres y ricos ha disminuido en un 13.3%.” y extiende la información con un impresionante gráfico y su respectiva explicación, la cual termina con la siguiente leyenda: “Brecha AYER: 28,1% | Brecha HOY: 18%”.

Ahora, seré la primera en confesar que las matemáticas jamás han sido mi fuerte. Pero estoy segura de que 28 (vamos a redondear el número para mi comodidad mental) menos 18, es 10, no 13.3. Pero digamos que me estoy comportando cómo una escuálida fanática y que esto no es más que un error humano, que a la hora de la verdad no tiene mayor significado. ¿Qué piensan los chavistas venezolanos sobre la situación económica venezolana en el 2009? He aquí algunas perlas para nuestro collar, copiadas textualmente y sin correcciones, todas sacadas de Aporrea y verificables para quien deseé hacerlo:

Los Verdaderos Chavistas Pelando Bola
UNO EL CHAVISTA VA A UNA ENTIDAD A SOLICITAR UN CREDITO O CUATRO LOCHAS PARA INVENTACE UNA Y LE PONEN LAS MIL TRABAS…”

“Dirian alguno, volvio la guanabana u otros gritaran: Así, así, asi es que se gobierna, jodiendo a los revolucionarios y beneficiando a los corruptos, ya sean de la 4ta. o de la 5ta…”

“Tu sabes muy bien como durante mas de seis años y aun SE SIGUEN BURLANDO DE USTEDES LOS MAESTROS, QUE LES SIGUEN NEGANDO UN SALARIO JUSTO”

Camaradas, hoy en dia es sumamente dificil ser clase media, los sueldos no estan de acuerdo con la relidad del mercado que cada dia es mas especulativo, las diferentes misiones no llegan directamente a las urbanizaciones.”

“LO QUE UD. EXPONE ES REAL Y LO MÁS GRAVE ES QUE NO SÓLO ES LA CLASE MEDIA PUES YO ANTES VIVIA EN UNA URB. CLASE MEDIA Y COMO LA COSA SE PUSO COLOR DE HORMIGA VENDÍ Y ME FUI A UN BARRIO Y LA COSA AHORA ES IGUAL. EL SUELDO NO ALCANZA…”


“Vi el Aló Presidente que realizó nuestro presidente en el Barrio La Bombilla y quise estar ahí, para plantearle a Jessie Chacón y al presidente, que hay compatriotas, viviendo en urbanizaciones, sin apoyo por parte de autoridades, ya que ellos consideran, que en las urbanizaciones de las llamadas clase media no hay camaradas compatriotas, eso también es exclusión
…”


*

Entre los logros de los últimos 10 años, Venezuela de Verdad, incluye el que “Mas de un Millón de Jóvenes Venezolanos entraron a la educación superior”. Soy una firme creyente que el progreso de los pueblos está en la educación y si esto es verdad, pues mi corazón canta de alegría, porque Chávez o no Chávez, deseo lo mejor para mi patria y mis compatriotas. Algunos de mis amigos opositores probablemente saltarán y comentarán que dicha educación es de pobre calidad, que los estudiantes se gradúan por pertenecer al proceso y no por méritos propios. A mi nada de esto me consta y me cuesta creer que TODOS los estudiantes educados en las universidades bolivarianas hayan adquirido sus títulos sólo por un carnet político. La única experiencia que tengo al respecto, es la conversación que sostuve con una señora mayor, hace unos 2 años, que estudiaba con apoyo gubernamental en la Universidad de la Tercera Edad, , y aunque la estaba pasando muy bien y aprendiendo mucho, no tenía planes de ejercer su nueva carrera, una vez titulada.

El problema que veo no es en si educativo, si no laboral. No sirve de mucho tener profesionales si el gobierno no ayuda o incentiva a la creación de empleos o, cómo el mayor empleador de Venezuela que es, comete discriminación laboral. Los foristas de Aporrea parecen estar de acuerdo conmigo:

Buenas noches y saludos Revolucionarios de verdad, estoy algo triste ya que soy estudiante en el ultimo semestre de Educacion de una universidad muy buena, pero lei esta noticia:

"15 de enero de 2009.- A partir de hoy, de los 15.635 docentes que se graduaron a fines de 2008 en la Universidad Bolivariana de Venezuela, quienes lo deseen pasarán a formar parte de la nómina del Ministerio de Educación. El anuncio lo hizo el titular del ME, Héctor Navarro... Luego de que lean lo anterior ahi esta mi tristeza del porque no hay igualdad con nosotros los estudiantes de otras universidades que tambien estamos con nuestro presidente que lo hemos apoyado en cada eleccion, donde solo hay contrato para los de la UBV y que pasa con la UCV, UPEL, UNA, LUZ, UDO...”


Yo de Verdad que no logro entender que sentido tiene que se hable en la TV de la graduacion de 6000 Nuevos profecionales perteneciente a este programa social, ya que al fin y al cabo van es para la calle a pasar trabajo, POR QUE LOS ENTES DEL ESTADO NO LE HACEN CASO A CHAVEZ? ya que el mismo no se cansa de repetir que deben emplear a los alumnos de la mision sucre graduando, unefa, UBV, es lamentable ver que cada ves es mas duro encontrar un empleo significativo que aporte ingresos donde las familias puedan cubrir todos y cada uno de sus ingresos…”

*

Uno de los logros curiosos que listas Venezuela de Verdad es el siguiente: “Acceso a nuevas tecnologías: El número de usuarios de Internet en 2007, cubre a casi 6 millones.” Esto me parece muy bien. Lo que me pregunto es si se debe a la gestión gobierno Bolivariana o al hecho de que en el pasado decenio, la comunicación virtual se ha hecho más accesible, en líneas generales, a todo el mundo.

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El último logro pregonado por Venezuela de Verdad que voy a tratar en este post, es el referente a los derechos humanos. Según Venezuela de Verdad, “En 1998, según la ONU y el Instituto Nacional de Estadística, el Índice de Desarrollo Humano de Venezuela era de nivel medio 0,77 (1 es el rango máximo y ningún país lo tiene)”. En 2007 llegó a 0,82. En menos de una década subimos al nivel alto.”

Dos cosas me parecen interesantes de esta información. Primero, el que se le de credibilidad a la ONU, cuando más de una vez el jefe de la revolución ha acusado a esta institución de “no servir para nada”. Lo segundo que me llama la atención, es el nivel en que estaban los derechos humanos en el 98 –es decir, antes de la llegada de Chávez al poder. No sé si opinarán lo mismo, pero estos números no parecen reflejar un pueblo oprimido a tal grado que se requiriera un golpe de estado cómo el que intentó (y fracasó) el Comandante a principios de los 90. Pero dejemos a los amigos de Aporrea expresar y describir cómo perciben el estado de sus derechos humanos, incluyendo su derecho a la seguridad y al empleo:


Estimados camaradas soy un padre de familia, profesional TSU, tengo desde Agosto del 2008 desempleado tengo 2 hijos que mantener y no hallo como darles comida, si exite alguien que quiera ayudarme a conseguir un empleo, se lo agradeceria de corazón y le juro por dios y mi madre que tendran un empleado excelente en su empresa…”

“El pasado 12 de enero los sectores de derecha que hacen vida en la cancillería venezolana impidieron el paso a más de 470 trabajadoras y trabajadores a sus puestos de trabajo. Estos 470 compatriotas que pasarían a su 3er contrato y por ende, según lo establece el artículo 74 de la Ley Orgánica del Trabajo, entrarían en la condición laboral de contrato indefinido, fueron abordados por la seguridad del Ministerio de Relaciones Exteriores y Guardias nacionales quienes no les permitieron el acceso a sus puestos de trabajo por ordenes de la dirección de recursos humanos a cargo del ciudadano Simón Villegas…

Hola como estan? Les deseo un feliz y venturoso año 2009 en REVOLUCION...!
Ya había advertido acerca de las medidas de exclusion que se estaban planeando en PDVSA para evitar que los trabajadores contratados y contratistas sigamos disfrutando de los beneficios que nos brinda el comedor industrial subsidiado por el gobierno revolucionario y por ende por el pueblo venezolano…

““La inseguridad vivida en Venezuela es uno de los principales problemas que aqueja a todos como pueblo . Las cifras semanales de muertos en las todas partes del pais, así como las interminables noticias de secuestros, robos, violaciones y decenas de delitos más, son parte de la vida diaria de todos nosotros. al final pondre unas noticias que espero las lean ¿a quien no le han atracado…”

“En la reelección presidencial de 2006, ganamos con unos 7.300.000 y tantos votos. En las recientes elecciones regionales de alcaldes y diputados alcanzamos unos 5.600.000 votos. Por simple aritmética, "nos faltan" unos 1.7 millones de papeletas que no pasaron por las máquinas del CNE. ¿Dónde están esos votos? Están en las respuestas que diputados (regionales y de la AN), alcaldes, gobernadores, ministros, Fiscalía y poder Judicial no han podido dar al pueblo que reclama hechos concretos en servicios públicos, especialmente en el suministro de agua y recolección de basura. Están en la fallida política de fabricación de viviendas, de las cuales tenemos un déficit de casi 2 millones, sin contar los ranchos miserables que deben ser sustituidos por viviendas dignas. Están en la decepción por las mafias de Mercal, por la mala política del actual ministro de salud que no permite un salario digno a nuestros médicos, en el descuido con el personal que labora en la Misión Barrio Adentro...”

Creo que después de los ejemplos anteriores, queda poco que comentar sobre las diferencias de lo que percibe el gobierno acerca de la realidad venezolana y la que vive el pueblo chavista y no chavista.

Lo que si debería llevarnos a una reflexión, es porqué, a pesar de todo, hay gente que sigue apoyando a Chávez. Me rehúso a escribir los insultos que algunos opositores, igualmente confundidos por esta lealtad, llaman a los chavistas. Estoy seguro que entre ellos están los cabezas calientes (de los quienes hablaremos más adelante) con fantasías de sangre y glorias de guerras, pero estos son, creo, una minoría. También están los que han desarrollado una relación afectiva con el presidente, personas que realmente lo quieren y que piensan que el pobre ha sido engañado. Y hay gente que se ha beneficiado con los programs sociales. Pero creo que también habría que ver más allá, o mejor dicho, más atrás.

Chávez no subió al poder por su cara bonita. Y los opositores que niegan los muchos errores y las muchas injusticias que se cometieron en lo que llamamos la Cuarta República, es decir, la Venezuela pre-chavista, o son ignorantes, o son hipócritas, o son ilusos. Quizás las heridas de nuestro pueblo comiencen a sanar cuando reconozcamos estos errores y ofrezcamos no revancha ni insultos, si no soluciones verdadera a los problemas de Venezuela, que incluyan a todos.





Saturday 17 January 2009

Campos de Violación


"Las violaron una y otra vez, noche y día, hasta cansarse. Mataron a sus maridos hijos y hermanos, delante de sus ojos.

Eso fue durante la guerra declarada en Bosnia (1992-1995) por el recientemente fallecido líder serbio Slobodan Milosevic cuando la antigua república yugoslava optó por la independencia. Hoy, diez años después de que los líderes políticos firmaran la paz en los Acuerdos de Davton., estas mujeres son aún la viva imagen del conflicto. Mientras que los hombres caídos en la guerra son shaheed —héroes—, de ellas nadie quiere oír hablar; la palabra violación es demasiado fea como para estar presente. Estas mujeres son las víctimas olvidadas, que han necesitado de una película, Grbavica, ganadora del último Festival de Berlín, para que su país y el mundo se acuerden de que existen. Más de 20.000 bosnias musulmanas fueron sistemáticamente violadas por las fuerzas serbias en la campaña de limpieza étnica orquestada por Milosevic. Algunas dicen que les cuesta demasiado vivir, y que si no se matan es por sus hijos, muchos de ellos fruto de las violaciones que rompieron sus vidas..."
http://www.portalplanetasedna.com.ar/generocidio1.htm


De todas las atrocidades que la gente de ambos lados cometen durante una guerra, una de las que más me ha impresionado fue la de los campos de violación durante la guerra de Bosnia Herzegovina. Mujeres fueron apresadas y violadas repetidamente hasta quedar embarazadas y luego echadas a la calle. ¿La intención? Destruir la pureza étnica de la victima con un hijo de sangre mestiza. Cómo si estuvieran cruzando perros con gatos y tanto la victima y el victimario no pertenecieran a la misma especie. La primera vez que leí esta noticia, trabajaba de traductora para una casa editorial de revistas y libros y mi misión era pasar tan terrible historia al castellano. Por supuesto que lloré. Pero desde entonces no me he dejado de preguntar, ¿qué pasa en la mente de las personas cuando cometen crímenes cómo este? ¿Por qué el violador no ve en la mujer violada y herida a su madre, esposa o hija? ¿Por qué le es indiferente la suerte de su propia prole? Aún no tengo una respuesta satisfactoria pero si algunas sospechas que trataré pronto. Mientras tanto, quiero compartir con ustedes el poema que en ese entonces me inspiró el dolor de mis hermanas.


No Fueron los Vampiros

K. de Barratt


No fueron los vampiros, María,

Los que hicieron nidos sobre tu vientre,

Ni los que empañaron tu mirada

Con manchas de inquina, ensuciándote

Con su siemente, su rabia y destrucción.

No fueron los vampiros

Los que te hicieron cuna

A fuerzas de palizas,

Rompiéndote el cuerpo con hijos

Renegados desde la concepción.

No fue Drácula.

Ni la bruja malvada al otro lado del puente.

Fueron los engendros del odio y la sangre,

Los hijos del Adolfo que por ti, María,

cantando por la calle, una vez más, vienen.




Thursday 15 January 2009

La Verdad



K. de Barratt

Hay un momento entre el sueño y el despertar.

Un espacio tangible entre los músculos y los huesos.

Hay un vacío, cómo un túnel, que empieza en uno

Y se extiende a los confines del universo.

Hay una calidez que irradia y se expande,

Entre el corazón y el esternón.

Hay un firmamento entre la pupila y el nervio ocular.

Hay una eternidad en un punto del cerebro.

Hay un sabor que se adhiere en las papilas.

Algo así como metal.

Hay una sinfonía de tambores que revienta en las sienes,

Las muñecas, los talones.

Hay una explosión que no acaba, paralizada en gelatina.

Esperando.

Hay un evangelio entre el alma y las costillas.

Una galaxia que se estira y gira, buscando respirar.

Ser.

Existir.

Aguardando a que el ojo mire hacia adentro;

Y el pensamiento corra hacia adentro;

Y el mundo evolucione hacia adentro;

Y el valor fluya hacia adentro;

Y la vida camine hacia adentro;

Y lo inevitable ocurra;

Y lo impensable sea pensando;

Y lo indecible sea expresado;

Y lo increíble sea creído.

Hay un instante de absoluta realidad.

Esperando.

Por ti.

Esperándote a ti.

Al de afuera.

Esperando a que veas lo que siempre ha estado.

El alfa y el omega.

El Big Bang.

El nacimiento de las bacterias.

El Satori universal.

Esperando a que te atrevas a mirar.

A mirarte.

A verte.

A aceptarte.

Tal y como eres.

La verdad.

Wednesday 14 January 2009

El Mito Inglés.




Si Inglaterra fuera un poco más mitológica, estaría en la misma categoría que el Monte Olimpo, las Mil y Una Noches y la Odisea. Y no me refiero a los cuentos y leyendas de su folclor, sino a la idea que muchos extranjeros tenemos sobre esta tierra. La primera que me viene a la mente es pensar en Inglaterra y en Europa cómo lugares casi sinónimos y fácilmente intercambiables. Si bien es cierto que geográficamente la tierra de Shakespeare pertenece a Europa, el inglés común no comparte esta visión. Ni se considera europeo, ni piensa (con razón o sin ella) que su cultura sea equiparable a la del “continente”, cómo llama a esa gran masa de tierra al otro lado del canal de la Mancha. El único beneficio que la mayoría de los británicos encuentran en la inclusión de Gran Bretaña en la Unión Europea, es el poder viajar sin tener que hacer tantos trámites. Pero en líneas generales, el pueblo llano ve esta alianza política con desconfianza y hasta resentimiento, y por ello no es raro leer en los periódicos sobre la “tiranía” o “dictadura” de Bruselas, donde un grupo de extranjeros pretenden imponer sus opiniones sobre el pueblo inglés.

El segundo mito es la idea de que éste es, y siempre ha sido, un país rico. Es posible que la Inglaterra del siglo 21 de crédito a dicha percepción, particularmente si uno viene de un país en vías de desarrollo y está acostumbrado ha encontrar perros callejeros, niños de la calle y mendigos en las esquinas. De la lista anterior, lo único que he visto hasta ahora han sido un par de mendigos. Ahora, el que no haya miseria, no quiere decir que no hay pobreza. Sólo hay que ir a las tiendas de segunda mano y de caridad, para ver que siempre tienen clientela. Algunas comodidades que mucha gente -pobre, clase media, ni hablar de los ricos- da por sentadas, son de reciente data en Inglaterra. Hasta unos 10 años después de la Segunda Guerra Mundial (es decir, unos 50 años atrás), la mayoría de las casas de la gente común, o no tenían sanitarios y compartían una letrina común con los vecinos, o tenían el lujo del “water clock,” pero no el de la bañera integral, así que los baños se daban en una tinas portátil de latón, en la cocina en el verano y en la sala, frente a la chimenea, en el invierno. Hasta bien entrado los setenta, lo normal era alquilar la lavadora, el televisor y hasta la tostadora y un carro propio era algo que pocos tenían, por lo cual no es raro encontrar personas adultas que jamás aprendieron a manejar.

Basta con leer a Dickens, para entender que incluso en la época del gran imperio y la revolución industrial, el británico promedio era pobre, con madres abandonando a sus hijos recién nacidos, literalmente, en la calle por falte de medios para mantenerlos y niños, desde los 5 años en adelante, trabajando 14 horas diarias en las minas, en los campos, en las fábricas y en las chimeneas. La clase media de la época, si bien es cierto que estaba en mejores condiciones, sería considerada humilde hoy en día. Un vestido nuevo, dos veces por año, era una extravagancia; la gente sólo encendía más de una vela si tenía visitas, para que no fueran a creer que eran pobres de solemnidad. Los periódicos eran tan caros que se alquilaban y rodaban de casa en casa, hasta llegar, con semanas de atraso, a las villas rurales. Lo mismo ocurría con los libros, lo que dio origen a las bibliotecas públicas. De hecho, un libro era un artículo de tanto lujo, que los realmente pudientes (la pequeña minoría que siempre ha existido, únicos beneficiarios de las riquezas del país), tenían bibliotecas privadas, con su bibliotecario particular, no sólo por cuestión de educación y amor a la literatura, si no por el status que los libros otorgaban. Así que un libro encuadernado era considerado cómo la versión victoriana del BMW. Comparado con el boato de Francia, Alemania y Rusia, los ricos ingleses eran una especie de parientes pobres de las aristocracias Europea. Si comparamos Versalles con, por ejemplo, Hampton Court, veremos que a los reyes ingleses, o les faltaba barroquismo, o no les alcanzaba el dinero.

El tercer mito es una mezcla de ideas que podríamos etiquetar cómo “culturales”. Empecemos con Shakespeare. Hoy en día, incluso para algunos británicos, hablar del Bardo es hablar de lenguaje exquisito; entrar en una aguda conversación intelectual sobre la genialidad de este escritor sin (o por lo menos con muy pocos) par; es vestirse de gala y sentarse en un teatro, en silencio; es decir, de manera indirecta, que uno ha recibido una educación esmerada, de la más alta calidad. Todo lo anterior tiene su grado de veracidad. Lo que muy pocos saben es que, para la época, Shakespeare era el equivalente del escritor de telenovelas moderno. Un Julio Cesar Mármol, mezclado tal vez con Christian Meier, porque el William también fungió de actor. La mayoría de los teatros Isabelinos se encontraban en la zona “roja” de Londres y el público que asistía a ellos incluía prostitutas, taberneros y soldados de oficio, que vociferaban a todo pulmón sus opiniones durante la función. La profesión de escritor de teatro/actor tenía tanto prestigio (sin ánimos de ofender) cómo la de, digamos, barbero, carnicero, y mariachi de tercera categoría.

Con esto no pretendo desmerecer la obra de Shakespeare. Al contrario. A mis ojos el hombre es un semi-dios y está en el altar de mis ídolos personales. Mi intención es ilustra como el tiempo y la ignorancia le dan un cariz particular a una persona o un pueblo que poco tiene que ver con la realidad. Cómo, por ejemplo, la impresión que muchos tenemos de que el inglés de a pie, después de tomar su té con el meñique alzado, se calza un par de pantuflas, enciende una pipa y después de escuchar las noticias de la BBC, se entretiene viendo la versión televisiva de Oliviero Twist. Estoy segura de que muchos británicos los hacen y no hay quien le gane a la BBC a la hora de hacer un drama de histórico. Pero una gran cantidad de ingleses beben cerveza en pubs; ven el Gran Hermano o una pésima novela llamada Coronation Street, donde la gente lo que hace es ir al abasto y después, (¿a dónde más) al pub; dejan los estudios formales a los 16; son seguidores del culto a la celebridad; y ven las noticias sólo para enterarse sobre el estado del tiempo. Excepto por mi suegra, no conozco a nadie que tomé el té en hojas, ni que lo sirva en lo que los inglesas llaman tazas de “verdad”; es decir, tazas tengan una base mas estrecha que el cuerpo. Todas mis amigas usan el té de bolsita y lo sirven en gigantescos tazones cilíndricos. Los famosos bocadillos de pepinillo han dado paso ha galletas compradas en el supermercado y el ritual de las cinco de la tarde se lleva a cabo cuando hay tiempo, no cuando repican cinco veces las campanas del Big Ben. Quizás las damas y caballeros de alta cuna todavía respetan la tradición inglesa del té, pero cómo todavía no conozco ni siquiera aún “Sir”, nos les sabría decir, aunque yo apostaría más por los viejitos, más aferrados al pesado y con mayor disponibilidad de tiempo, para pasar una hora haciendo lo que a los demás nos toma diez minutos: beber y engullir.

(continuará)

Monday 12 January 2009

En el principio...

En el principio fui atea, porque nadie nace creyendo en Dios. Técnicamente se me consideró católica, ya que fui bautizada en esa fe al año de nacida y por una razón que aún no comprendo, alguien me confirmó en la religión ese mismo día, así que en verdad tuve muy poca elección al respecto. Ahora, por lo que he visto hay dos tipos de católicos, particularmente en Venezuela: los que nacen y los que se hacen. Los segundos son una rareza y se dan más comúnmente en el sector evangélico. Los primeros también parecen subdividirse en categorías: los practicantes y los no-practicantes.

Un católico practicante va a misa, tiene un confesor designado, lo conocen en la iglesia por nombre, le hace caso al Papa, da clases de catecismo, nombra a sus hijos de acuerdo al santoral, se conoce al dedillo las reglas de la iglesia, los sacramentos, los pecados capitales, las virtudes, pertenece a una sociedad benéfica, reza el rosario todos los días a la hora del Angelus. Por alguna razón parecen pertenecer en su mayoría a los dos extremos económicos de la sociedad: es decir los pudientes, clase media-alta o sinceramente ricos, o las clases humildes o realmente pobres.

Un católico no-practicante nace en una familia que se define católica. Hace la primera comunión a los ocho años y a menos de que lo pongan a estudiar en un colegio de monjas o curas, no vuelve a pisar una iglesia hasta que alguien se casa, se bautiza o se muere. El católico no-practicante conoce los 10 mandamientos, no necesariamente en perfecto orden, sabe que Jesús murió por nuestros pecados y puede que desarrolle una cierta familiaridad con él, llamándolo algo así como que “Chui, Chuito, Jesucito” y sus plegarias tienden a ser, si son hombres, algo parecido a: “Cónchale Chuito, méteme una mano aquí, papá.” Si son mujeres, los más probable es que se sientan identificadas con una virgen o una santa en particular y sea a ellas a las que pidan intersección. Los católicos no-practicantes se persignan en momentos de tensión o alivio, pueden exclamar “Jesús, María y José” en momentos de asombro y se casan por la iglesia con los condones y las pastillas anticonceptiva guardados en la maleta. No confían mucho en los curas, pocas veces han leído la Biblia, juran que Jesús se parece a Robert Powell en la película de Zefirelli y no ven conflicto alguno en poner un bonachón Buda entre el Niño de Atoche y la Virgen de la Rosa Mística. Creo que está demás decir que yo fui una católica no-practicante.

(Continuado en mi blog htpp://autoexcomul.blogspot.com)


Sunday 11 January 2009

El Viento

EL VIENTO

K. de Barratt

Para ti Absolón,

sólo Absolón,

Absolón sin más nadie...

Los sabuesos de la primavera seguían las huellas del invierno cuando el viento clamó en silencio el sacrificio de Absolón. Lo llamó, tornándose en miel que resbaló por sus oídos; en sable ardiente que lo partió en dos; en fauces invisibles que lo devoraron exigiendo, ya sin súplica, que fuera hasta el bosque, que entrara en el bosque, que llevara el cordero hasta el bosque y saciara, en el bosque, finalmente su sed.

Absolón cerró los oídos y continuó su vida en la pretensión vana de que era normal. Amarró su cordura a lo cotidiano, a lo apacible de su rutina mundana de trabajos de ocho a seis y fines de semana en la playa; de amores tranquilos, casi campesinos y felicidad familiar. Hizo de su casa nuevo templo y adoró con pasividad escarmentada los detalles domésticos de su mujer, deleitándose en la conversación colorida de luchas en el mercado y películas románticas, de poemas casi olvidados y nocturnos de Chopin --consolándose con los dedos perfilados que lo calmaban en sus momentos de terror y le traían, en la frescura de los gestos, el recuerdo lejano y acariciante de Sara.

Demasiados siglos atrás habían sido sólo él y Sara. El y Sara habían recorrido los caminos perdidos de Roma, Egipto, India, Jerusalén, impulsados por su sed de conocimiento, de fe si se quiere, y ultimadamente de poder. El y Sara habían jurado vivir por siempre y en aras de esa promesa habían entrado a lugares prohibidos, robado pergaminos sacrílegos, apartado todo aquello que se atravesara en su camino.

El y Sara...

Estaban solos, él y Sara, cuando hallaron al viento y este les susurró en silencio el secreto de la Eternidad.

Se miraron incrédulos, soltando al unísono la carcajada ante lo impensable del sacrificio, hasta que la carcajada se les murió lentamente en los labios. Primero a él; después a Sara. Se alejaron del bosque y continuaron su búsqueda, sin mencionar jamás al viento. Y la felicidad continuó siendo ella, el mundo siguió girando al compás de su falda alborotada. Después de todo, eran sólo él y Sara... o él y la eternidad.

Ah viento burlón que sabes donde hincar tus colmillos, pensó en ese entonces Absolón. Tantas cosas que pedir y el viento sólo había exigido la única que no podía cumplir: la inmortalidad a cambio de Sara. O de Absolón, dependiendo cómo se viera. Moriremos entonces, decretó Absolón y Sara asintió en silencio; en un silencio helado y pétreo que los acompañó constantemente a partir de ese momento, que se adhirió a ellos como una segunda piel, alzando una barrera infranqueable sobre donde rebotaron palabras de amor y risas cantarinas y murmullos jadeantes de noches de pasión. Un silencio largo terminado en ecos, a los cuales ninguno se atrevió a escuchar.

Después de tantos andares decidieron fabricarse un dios, cruel, vengativo, como deben ser los dioses, y levantaron un templo más grande que el de Salomóm, envuelto en la tieniebla de lo secreto, de iniciaciones, de redes que se extendieron como tentáculos por todo el imperio. Se bañaron en polvo de perla. Cenaron con cónsules y rabies. Viajaron en galeras ligeras como delfines hasta Britania, llevando el incienso de su creación a las reuniones nocturnas de druidas y hechiceras. Y fueron felices. Primero él; después Sara. Cuando el vientre de ella creció, Absolón llegó incluso a creer en su propia deidad y pocos meses después, al alzar a la criatura hacia la luz de la luna, conoció el sabor agridulce de sus lágrimas. Y fueron él, Sara y Eliasaf. Todo giró alrededor de ellos, todo se doblegó ante ellos: él, Sara y Eliasaf.

Solos estaban, él, Sara y Eliasaf, cuando volvieron a encontrar al viento y este les susurró de nuevo el secreto de la eternidad.

No hubo risas esta vez. Cuando Absolón vio los ojos de Sara, tomó a Eliasaf entre sus brazos y huyó, preso de un pavor desconocido que le mordió las entrañas y le pintó abismos en la mirada, transformando en bestia sangrante el delicado rostro de su mujer. Gimió. Se acurrucó bajo un árbol, temblando aún más que la criatura entre sus brazos, jipando, atragantándose con su angustia y horror, hasta que los brazos de Sara lo acunaron, lo adormecieron con su calor, enredándalo en la brisa de palabras dichas con tanta dulzura que pensó que era música girando a su alrededor; música dulce que lo columpiaba lentamente, calmándolo, hasta que cerró los ojos y se durmió.

Despertó en su cama, con ropa limpia, escuchando los gritos juguetones de Eliasaf. La casa olía a pan caliente, a hierbas recién cortadas -la noche anterior borrándose, marchándose con el silbido del viento al otro lugar, a ese otro mundo que habitaba dentro de él y al cual nunca quería regresar.

Cuando sus pies tocaron el suelo supo que era otro. No deseaba riquezas, ni poder, ni ídolos, ni nada que no fueran Sara y Eliasaf, así, en casa, en vidas tranquilas y sabores de hogar. Sara sonrió al verlo entrar en la cocina y Absolón comprendió que ella tampoco era la misma. El silencio se había evaporado, llevándolos de nuevo al inicio, a cuando se vieron por primera vez en el pozo, él correteando con sus amigos, ella siguiendo a la hermana mayor. Después de lo que parecían centurias, volvían a ser los de antes: Sara y Absolón.

A los nueve meses llegó Esau; a los dos años vino Lea. Buscaron nueva patria, compraron tierras, sembraron árboles --la familia extendiendóse hasta abarcar siete hijos. Absolón amó con fervor a toda su prole, pero muy dentro de sí tuvo que confesar el afecto especial que lo unía al primogénito. Eliasaf creció para ser la alegría de todo padre: un joven preocupado, diligente, justo. A los veinte casó con Dina, hija de Benjamín y un año después convirtió a Sara en la abuela más bella de la región. Fue por esa época que lo nombraron representante de la comarca ante el imperio y Absolón se hinchó de orgullo durante la ceremonia, al verlo marchar hacia los ancianos, inclinando luego la cabeza, recibiendo con dignidad el sello que lo señalaba como hombre grande y de honor.

Triunfante, Eliasaf caminó hacia su padre. Sonreía. El sol creaba un halo en sus cabellos, cuando un grito lo detuvo en seco y la noche umbrosa hizo añicos al día, la sangre escapando a raudales de su tórax, manchando su capa, encongiéndolo en el niño que jamás tendría tres años, ni diez, mucho menos veinte, porque aún estaban en el bosque, atrapados en el bosque, en el bosque fantasmal donde el viento reía ululante mientras Sara hincaba una vez más la daga sobre el cuerpo de Eliasaf.

Beban la sangre de su hijo y vivirán por siempre”, dijo el viento. “Beban la sangre de Eliasaf y estarán juntos por siempre”, prometió el viento. “Beban la sangre del cordero y serán amos del mundo por siempre”, murmuró el viento.

La Eternidad.

-¡SARA!

Absolon saltó sobre el animal que alguna vez había sido Sara antes de que éste llegara a saborear el líquido oscuro que manaba del pecho de su hijo. La fiera respondió con gruñidos, las zarpas arañándole la faz, los colmillos desgarrando parte de su hombro mientras que las rodillas, que otrora hicieran danzar vestidos, se clavaban en su estomago. Absolón se bebió el dolor y su puño se estrelló contra el rostro desfigurado. La fiera se lanzó hacia él y ambos cayeron, rodando. Los dedos del animal aplastaron su traquea y el mundo se transformó en una bola zumbante, negra, que reflejaba a lo lejos, la cara mármorea de Eliasaf. Golpeó la arqueada espalda con una fuerza que no era suya (Adán ante el cuerpo de Abel) una y otra vez, el crujir de huesos rebotando en su cabeza hasta que los dedos lo liberaron y la ráfaga de aire frío expulsó la oscuridad, fustigando sus pulmones con la fuerza avasallante de un huracán. A gatas sobre la tierra húmeda, su mirada borrosa enfocó la daga --ahora en su mano-- que manchada de sangre le gritaba que ya no había más un él y Sara; que tal vez no hubo un él y Sara; que nunca, jamás, habría un él y Sara de nuevo.

Quiso gritar, pero no pudo.

Se incorporó con la lentitud metódica que describiría de ahora en adelante sus pasos, observando cómo el bosque perdía su cualidad onírica. Sólo los cuerpos bajo la celosía de hojas desentonaba con la perfección verde del lugar.

Enjaulado en el temblor cortante que convulsionaba sus músculos, abrió la fosa con la daga. Arrastró hasta ella los cadáveres y los, cubrió con tierra y musgo. Exhausto, se apoyó contra un árbol. Limpió el metal del arma con su manto. Lo sostuvo a la altura de su rostro y observó por un instante el reflejo de sus ojos. Luego alzó la daga y la clavó con rabia en su pecho, una, dos, tres veces --el grito inaudible, el dolor explosivo, la muerte ausente.

-Para ti Absolón, sólo Absolón, Absolón sin más nadie. La Eternidad.

-¡NOOOOO!

***

Absolón abrió los ojos y por un segundo no supo en donde estaba. Escuchó entonces las notas ambarinas del nocturno número tres de Chopin y sonrió. Georgina lo miraba desde el piano, el resplandor de las velas otorgándole el aire antiguo de las heroínas románticas. Quizás en alguna vida anterior fue la musa que inspiró a List, pensó. Parecía estar tan a gusto entre camafeos y candelabros que pocas cosas en ella recordaban al siglo veinte. Tal vez la había conocido en alguna calle parisina y desde ese entonces había comenzado a amarla. Después de todo, fue a principios del siglo XVIII cuando el grito comenzó a menguar, a perderse en el horizonte hasta desaparecer.

Porque el grito que Absolón dejó escapar al descubrir su inmortalidad fue algo más que un alarido expulsado de su garganta. El grito lo llevó a caballo sobre praderas romanas al lado de Gengis Khan. Lo hizo cruzado, conspirador renacentista, conquistador español, soldado, verdugo, traidor, ayudando a pueblos a surgir y a caer, regodeándose en muerte, en destrucción, en cualquier cosa que semejase el dolor vetusto que fluía en su sangre y parecía no tener fin.

Pero lo tuvo. Fuese cansancio o vacío, eventualmente el grito se fue acallando, el odio adormilándose. Absolón entró entonces en su etapa de tiburón, pendiente tan sólo de su comida, su sueño y su sexo.

A finales del siglo XVIII se permitió el lujo de disfrutar actividades más epicúreas, engolfándose en círculos culturales y fiestas frívolas de gran sociedad. No fue sino hasta mediados del siglo XX, después de Hiroshima, cuando las trancas en su corazón comenzaron a caer, abriendo el espacio suave y cálido en donde entraría Georgina durante aquel mágico crucero de 1947.

Por cinco años Absolón se dejó envolver en el sueño, consciente --siempre consciente-- de que la dicha era pompa de jabón. Georgina no le dio hijos, cómo no lo había hecho nadie en mas de tres mil años, pero la carencia de ellos no hizo mella en su relación. Construyeron una casa de madera a las orillas de un mar verdi-azul y compraron otra al lado de un parque citadino. Ella lo alentó en sus nuevas inquietudes de escritor, él le regalo un cachorro lanudo al cual consentir y así, suavemente, se encerraron sin proponérselo en una cápsula de encaje, en donde sólo existían Georgina y él, sólo Georgina y él y cuando llegó a creer que la estrella de los deseos en verdad existía, que los días crueles habían quedado allá, en ese otro lugar al cual no quería regresar, el viento lo atrapó desprevenido y le murmuró silbante el secreto de la felicidad.

"Tendrás a Sara", prometió el viento. "Te devolveré a Sara y a Eliasaf”.

Sólo tenía que llevar a Georgina hasta el bosque, cualquier bosque, y saciar, en el bosque, finalmente su sed.

Absolón escuchó sin pestañear y siguió su camino, rehusándose a mirar atrás. Continuó con sus historias, sus rosales, su mujer. Al año adoptaron a Sabrina, luego a Azrael. Después de demasiados siglos, Absolón bajó al fin la guardia, dio por terminada su guerra y aceptó sin condiciones la paz.

Pero el viento sigue allí, llamándolo, al asecho por siempre, susurrando por siempre --arañado por siempre el cristal de las ventanas con el mortecino silbido de su voz.

Fin

Friday 9 January 2009

La Montaña


La Montaña

K. de Barratt




Llora la montaña lágrimas rojas

De sangre y arcilla,

Lágrimas nuestras, tuyas y mías,

Y de ancianos sin recuerdos que endulcen

Los cafecitos de la tarde.

Y de niños, huérfanos de inocencia.

Y de madres, hoyos negros universales de vacíos,

De brazos que no encuentran que abrazar,

De muslos que ya no conocen el peso de un hijo,

Medio dormido, soñando desde la montaña con la mar.

Llora la montaña en silencio, cansada de tanto clamar,

De suplicas y cartas y marchas infinitas

Que nunca llegan, que nunca alcanzan, que no logran

Más que instantáneas coloridas en revistas:

Imágines de hormigas pidiendo paz

A los dioses que caminan sobre ellas, sin pensar,

Preocupados por glorias y urgencias que la montaña

No conoce, ni entiende, ni le importan.

Porque la montaña lo quiere, aquí, ya, ahora,

Es el silencio matinal de los albores del tiempo,

Ese silencio frío y nubloso de tranquilas madrugadas,

Echas brumas y rocíos, que despiertan pájaros y gallos,

Hornillas, hogueras, hornos, vacas, pan.

La montaña quiere el murmullo de venados y los pasos alocados

De niños jugando, camino a la escuela;

El suave mugir de bueyes que mezclan sus pezuñas

Con el sudor del que ara la tierra; el cantar de muchachas,

Bellas como flores, creando, haciendo, amando, viviendo,

Y jóvenes, fuertes y completos, mirando al horizonte

Con la espalda erguida, en ese respiro entre el hacer y el existir.

Pero la montaña solo sabe de guerras.

En África, Asia, America, entre nieves y desiertos,

Y junglas y piedras, la montaña solo sabe de guerras.

Y llora mientra se embaraza de huesos, recuerdos

Tangibles de almas, cuyas sangre crean ríos, rojos como la grana.

Y vestida de muerte, impotente llora la montaña



Leccion en Humildad

Este es mi primer post en mi primer blog en el primer mes del 2009.

Uno supondria que mi mente estaria llena de metas y propositos y decretos para este nuevo comenzar. Pero lo primero que me salta a la mente es una leccion, algo vieja pero creo que rara vez compartida, que Inglaterra me ha brindado: humildad.

Los venezolanos en Venezuela o Estados Unidos e incluso en Espana, actuamos bajo la ilusion de que el mundo nos conoce: que sabe de nuestras glorias y nuestras miserias. Despues de todo, vivimos en la tierra de Bolivar y Chavez; somos uno de los mayores productores de petroleo; hemos obtenido no se cuantos titulos de belleza; y la novela Cristal paralizo a la madre patria durante los 80. Y quizas en los paises antes mencionados, tenemos nuestro reclamo a la fama, porque si existe algo como una "colonia" venezolana, probablemente este en ellos. Pero si nos aventuramos un poco mas alla, lo mas probable es que recibamos una no muy grata sospresa.

En los cinco anos que llevo en Inglaterra solo me he topado con 4 personas que saben algo de Venezuela: dos taxistas, una mama en el colegio de mi hija y un anciano en un autobus. Tres tomaron vacaciones en Margarita. Para dos de ellos Venezuela es una playa y un hotel con piscina. Para el tercero, es una experiencia dantesca que prefiere olvidar, porque cayo enfermo y tuvo que ir a un hospital publico. Para el cuarto, Venezuela es el hogar de Chavez, a quien el hombre admira, no porque ha estudiado su vida, o leido sus discursos o estudiado su obra gubernamental, sino sencillamente porque ambos le tienen tirria a Bush.

Supongo que en Londres Venezuela es algo mas conocida, por la ayuda economica que Chavez ofrecio a las lineas de autobus, para bajar el precio del pasaje a las personas mas pobre (el nuevo alcalde de la ciudad suspendio dicha ayuda) o por la excelente labor que realizo Dudamel y la orquestra sinfonica juvenil durante los Proms. Pero sal de la zona multicultural de Londres y la palabra Venezuela solo produce ese silencio incomodo de grillos que indica que tu oyente no tiene la menor idea de lo que estas hablando.

La cuestion llega al punto de que cuando alguien me pregunta de donde soy, primero aclaro que soy de Suramerica (ah, una lucecita se prende en el fondo del tunel) de Venezuela (oh no, ahi viene la duda) entre Colombia (ah, si, drogas, guerrilla) y Brazil ( Samba!), frente al mar Caribe (Bermuda?). Despues de toda la ubicacion geografica, algun estudiante avanzado me pregunta si no somos productores de petroleo, pero la mayoria solo sonrie beatificamente y comenta: "ah, debe ser muy soleado por alla". Y eso es todo. Lo cual supongo no es tan malo si uno considera que el sol es un lujo por estos lares.

Por eso cuando escucho o leo a gente clamando por llevar X o Y informacion al extranjero, esperando la ayuda, aunque sea moral, de Europa; gente que en verdad cree que a alguien por estos lares le importa realmente Venezuela, me lleno de mucha tristeza. Quizas hay un dejo de verdad referente a Espana, pero fuera de la Peninsula Iberica, Venezuela es algo tan conocido como el Congo -y sinceramente, a los europeos probablemente les interesa mas el Congo que Venezuela. Para ilustrar la ignorancia o apatia que la situacion politica venezolana despierta en el publico general ingles, solo hay que ver los canales de viajes al exterior. Venezuela no existe, jamas es mencionada ni de referencia. Peor aun, todos los paquetes turisticos a Cuba promueven, como curiusidad, el que en la Habana haya tantos carros viejos y casas del siglo pasado que no han cambiado para nada. Para los ingleses eso es algo...cuchi. Solo en los circulos de los "comunistas de Cafe," esos que suenan con el ideal comunista sin haber estudiado las nefastas consecuencias que el comunismo practico trajo a los lugares en que se impuso, Venezuela y Chavez aparecen como algo menos que mas conocido.

Asi que la proxima vez que escuchen algo acerca de algun obscuro pais en Asia o Africa y la tipica frase de "lo conoceran en su casa" les comiencen a aflorar en los labios, recuerden que en la mayor parte del mundo, los desconocidos somos nosotros: los que aparentemente no hemos hecho mucho para ameritar fama mundial somos nosotros; y los que estamos solos con nuestro problemas, somos nosotros.