Tuesday 26 May 2009

Lecciones del Enemigo


Hay una frase en el libro del Tao, que dependiendo de la traducción, dice más o menos así: el maestro enseña sin enseñar. La primera vez que la leí pensé a que se refería a que hay personas que viven una vida ejemplar y aunque su propósito no sea ser guía de nadie en particular, muchos, al observar el estilo de vida que llevan y los beneficios que de dicha vida derivan, se sienten inspirados a emularlos. Y quizás esto sea en parte lo que el Tao trata de decir. Pero leyendo La Matriz Divina de Gregg Bradden, se me ocurrió otra interpretación que bien puede complementar la anterior.

Pocas veces al pensar en las personas que nos defraudan, o nos hacen daño, pensamos en ellos de manera positiva. Pero deberíamos, porque ellos también son nuestros maestros. El que actúa de manera negativa hacia nosotros, nuestros seres queridos, la humanidad o el planeta en general, nos brindan, si vemos con cuidado, varias lecciones a diferentes niveles. La primera es la del ejemplo. Parece obvia, pero en mi experiencia, mucha gente no lo ve, así que terminan actuando igual de mal que las personas a las que critican. Si regresamos a la mentalidad de la niñez, en la que se busca mas justicia que revancha, la lección del ejemplo es muy valiosa. Pocos queremos ser realmente la bruja mala del cuento, sobre todo cuando vemos la manera en que sus acciones lastiman a los demás.

La segunda lección que podemos obtener es de auto-conocimiento, Si dejamos de juzgar por un momento y de pensar que somos mejores que el nos hace mal, podemos preguntarnos cuan diferentes en realidad somos. En otras circunstancias, ¿no actuaríamos cómo esa persona? Y lo que la persona hace, lo que nos hiere, ¿es algo realmente malo o una proyección que hacemos, de rasgos en nosotros que despreciamos pero no nos atrevemos a confesar, ni siquiera a nosotros mismos? ¿Nos duele el que otro se ria y nos llame gordos o nos duele el que nosotros mismos tenemos en baja estima a los gordos, aunque sepamos de primera mano que los kilos de mas no le restan bondad al alma ni neuronas al cerebro? O quizás lo que nos molesta es que, al llamarnos gordos, nos recuerda que no hemos llevado a acabo todos los planes que en algún momento nos planteamos para rebajar. ¿Por qué habría de herirnos el que alguien no llame lo que somos, sea gordo, flaco, negro, pelirrojo, pobre, burgués, si no es porque nosotros mismo le hemos puesto una etiqueta negativa a esos adjetivos? Si nos dejamos de alimentar de la rabia inicial y nos detenemos a reflexionar en las razones para nuestro malestar, es mucho lo que podemos aprender de nosotros mismos y de lo que debemos mejorar para llevar una vida plena.

La tercera lección es espiritual. Ya antes he hablado de las virtudes del perdón y como este nos libera de las cadenas del odio. Pero los que nos lastimas también pueden brindarnos lecciones en misericordia y agradecimiento. El Maestro Yoda, en Guerras de las Galaxias, dijo que del miedo nace todo lo negativo que conocemos: rabia, egoísmo, crueldad. Si lo vemos así, comprendemos que todo Lobo Feroz no es más que un cachorro asustado que perdió el control de si mismo en las manos del miedo. ¿Y se puede odiar realmente a un perrito con miedo? Quizás igualmente haya que entrenarlo, mandarlo a otra familia con la que haya mas empatia, e incluso mandarlo a la perrera municipal, pero no impulsados por el odio, si no por la misericordia, porque si este cachorro no puede ser entrenado ni reinsertado en nuestras vidas o en alguna parte de la comunidad, entonces lo mejor es ponerlo en un lugar en donde no haga ni se haga mas daño. Si hacemos todo lo anterior movidos por la venganza, lo más probable es que se nos pase la mano en la corrección o solución y nuevos miedos y odios continuaran la cadena del sufrimiento.

Si los que nos hieren son nuestros maestros, entonces también es necesario estar agradecidos por su paso en nuestras vidas. Ellos son cómo los choques eléctricos que guían al ratón blanco fuera del laberinto del científico. Probablemente nunca podremos verlos como amigos.Pero si debemos bendecirlos, desearles lo mejor y dejarlos partir de nuestras vidas en paz. Quizás esto no nos sea posible de manera inmediata, pero debe ser una meta en nuestra existencia, no solo porque el amor genera amor y la paz genera paz y el bendecir a nuestros dragones nos ayuda crecer como seres humanos y a transformarlos en lagartijas, sino porque el hacerlo nos devuelve el poder que otorgamos a terceros cada vez que sus acciones nos ponen en contacto con nuestra propia oscuridad

3 comments:

  1. Pues tengo dos copias de LaoTzu, The Way of Life.Una pesima traduccion casi literal y la otra mas poetica. Tiene razon en sus planteamientos, eso me movio a escribir.
    Lo otro es que puede leerse infinitamente por que contrario a la BIBLIA, esta vision nunca esta desconectada de la naturaleza.
    Hombre y naturaleza, mujeres tambien. Sin enajenamiento. No sabe como me irrita leer este tipo de articulos en los cuales TODO esta en un vacio, o en el contexto asfalto y concreto.
    Como pudieramos filosofar, discernir sin aire
    agua o alimento.

    Suerte exito en sus proyectos.

    ReplyDelete
  2. Una fantástica entrada. Me encanta. :)

    ReplyDelete
  3. Gracias a ambos por sus comentarios y me disculpo por la tardanza, pero la vida me ha mantenido alejada del blog por cierto tiempo (un poco dificil explicar deseos filosoficos a una hijita de 5 que lo quiere es jugar mi Pequeno Pony ;-)) Espero que ahora que la escuela comenzo tener mas tiempo para seguir escribiendo. Gracias de nuevo por leer y comentar.

    ReplyDelete