Wednesday 18 February 2009

¿Y ahora?


Estamos de duelo y llenos de decepción. Perdimos el refendum y nuestra visión del futuro esta empañada por imagines grises y negras de libertades esclavizadas. Algunos son pragmáticos y hablan de regresar a la vida cotidiana. Otros están hartos y buscando las maletas para sacudirse las sandalias y ni siquiera llevarse la tierrita de este país. Están los que no ven más solución que plomo. Y hay los que estan respirando profundo y levantándose del suelo para el próximo round. La pregunta es, que hacemos ahora?

No soy experta en política ni nada remotamente parecido. Para los que me conocen probablemente soy una mezcla de romántica esotérica con visos de comediante, empeñada en ver el lado positivo a las cosas. Yo que me conozco un poco mejor, debo agregar que hay una mini nazi en mi a la cual tengo que mantener en perenne control. Pero me considero una persona racional y quiero pensar que los dedos de frente que la divinidad me otorgó a través de la evolución sirven para algo más que rascarme la cabeza en casos de confusión. Así que, humildemente, aquí va mi aporte:

1) Regalémonos una semana de paz. Todos los maestros espirituales, desde Jesús a Buda, se han tomado tiempo para si, alejándose de las situaciones para meditar, rezar, planear y descansar la mente y el espíritu. Así que propongo una semana libre de Chávez. Apaguemos el televisor y la radio y solo escuchemos CDs o veamos DVDs. No compremos periódicos. Redecoremos la casa. Cambiemos el tema si la conversación comienza a girar hacia la política o disculpémonos y alejémonos. Reencontrémonos con la naturaleza (playita con eso o sancocho a la orilla del río). Juguemos con nuestros hijos. Recemos por aquellos en peores condiciones que nosotros. Meditemos por todo lo que debemos agradecer. Seamos estrictos con nuestra mente y si lo negativo se empeña en asomar, cambiemos el pensamiento a algo mejor, desde “que lindo cielo” a “lalala, no te escucho”. Cambiemos el enfoque de nuestra atención: la vida no es solo política. Seamos gentiles con nuestra alma. Seamos gentiles con los demás. Seamos creativos.

2) Tomemos la política en serio. Después de nuestras vacaciones existenciales, aprendamos exactamente que es lo queremos, políticamente hablando. A pesar de lo que dice Mafalda, política no es una mala palabra. ¿Qué es lo que entendemos por democracia? ¿Cuántas clases de democracias existen? ¿Qué visión de democracia ofrecen los partidos existentes? ¿Quiénes son sus lideres y que frutos democráticos tienen para demostrar? ¿Qué planes económicos y sociales tienen? ¿Merecen nuestro apoyo? Si es así, ¿estamos dispuestos apoyarlos? ¿Por qué no? Creo que a los políticos hay que ponerlos contra la espada y la pared: es hora de limpiar los partidos, de exigir reformas, proyectos, nuevas caras y nuevos pensamientos. Desde la barrera, todos somos corderos. Hay que lanzarse el ruedo, en la medida de nuestras habilidades. Las elecciones para la asamblea son en un año. No esperemos hasta el último momento para buscar y apoyar a candidatos dignos que en verdad trabajen por Venezuela.

3) Educación. Esta debe comenzar en casa y por ello no me refiero a las matemáticas. La educación que necesitamos es estos momentos es una de valores, historia y pensamiento filosófico. Debemos aprender y enseñar a pensar; a juzgar las cosas mas allá de lo que los otros nos dicen que son. Olvidémonos de andar protestando por el curriculum; sentémonos y hablemos, de verdad con nuestros hijos; démosles herramientas para pensar y expresarse, para ser optimistas, para encontrar la visión de futuro que mejor provecho le brinde a ellos y a la comunidad. Acerquémonos también a los que no tienen accesos a este tipo de educación. Organicemos talleres para la gente de los barrios, de los cerros, de los campos –y por favor dejemos de referirnos del interior de Venezuela como monte y culebra. Si les han vendido ideales comunistas, vendémosles ideales democráticos, ideales de dignidad, ideales de crecimiento personal y social. Y hagámoslos de corazón, sin hipocresías. Hasta que no apreciemos de verdad al otro, todo lo que digamos o hagamos caerá en saco roto, porque la gente pronto se dará cuenta de nuestro doble discurso.

4) Espiritualidad. Tengamos una vida espiritual plena. Nadie que es libre en el alma es prisionero de las circunstancias.

5) Digámosles adiós al consumismo. Esta es la filosofía del futuro, que ya esta asentando bases en Europa. Mientras nuestra idea de felicidad y éxito se base en la cantidad de carros, televisores y juegos de computación que tenemos, siempre seremos esclavos del mercado y del temor de no tener lo mismo que mi vecino. La economía mundial, el cambio climático, la visión de una vida en armonía con la naturaleza, está comenzando a dibujar una vida mas simple en lo material y mas rica en lo familiar, comunal y espiritual. En Inglaterra, los ricos están transformando sus jardines en conucos, cambiando sus garzas de yeso por gallinas, su ropa mecanizada por piezas hechas a manos, desde medias hasta chaquetas. La autosuficiencia es la gran panacea. El gobierno incentiva para que la gente cultive sus propios vegetales, compre local (apoyando a los productores y evitando el exceso de contaminación), compre con conciencia, preguntándose de donde vino este producto y que costo social tiene, por lo que se favorecen a las cooperativas extranjeras que realmente ayudan a sus copropietarios y trabajadores. En el clima económico en que se encuentra el planeta entero, mientras más felices podamos ser con menos, pues mas felices seremos independientemente de la sitaucion.

6) Avoquémonos a alguna labor social. Seamos una verdadera alternativa a las misiones que, si bien ayudan, tanbien lavan el cerebro. Entendamos, de una vez por todas, que el país no echara para adelante, si TODOS no echamos para adelante. El voluntariado es una de las grandes instituciones en Europa y Estados Unidos: abogados donan horas para dar consejos legales, amantes de la cultura donan horas para que un museo sea lo mejor que pueda ser; maestro donan horas para ayudar a los menos académicos, etc. Yo se que la vida en Venezuela es peligrosa y ocupada, pero en verdad creo que el quiere puede y tuve la satisfacción de servir de voluntaria varias años en un orfanato para niñas. Solo tuve que “sacrificar” tres horas a la semana y eche mi granito de arena para el beneficio de esas chiquillas. Todos podemos hacer algo por alguien.

7) La ultima y quizás la más difícil: No le hagamos caso a Chávez. Si el habla de los gringuiloving para referirse a la oposición, no validemos sus palabras adaptando el titulo. No somos escuálidos, ni pitiyanquis, ni disociados: somos Venezolanos democráticos con una visión alternativa. Y digo alternativa porque oponerse porque sí tampoco lleva a nada. El que Chávez diga que X es bueno no la hace inmediatamente malo. Estudiemos la propuesta con serenidad y si la vamos a oponer, hagamos con argumentos validos. Si Chávez usa groserías, nosotros usaremos dignidad. Si Chávez llama a la violencia, hagamos misas por la paz; si Chávez nos insulta, pues sigamos los sabios consejos de nuestras madres: a palabra necias, oídos sordos. Si vamos a protestar, hagámoslos con conciencia de porque lo hacemos. Y tan bien tengamos generosidad de espíritu cuando percibamos que alguien en el gobierno ha hecho algo positivo. Esto llegará a nuestros compatriotas chavistas y le demostrará que nuestra metal final no es sacar a Chávez del poder, si no sacar adelante a Venezuela.

Aprendamos de los líderes que llevaron a sus pueblos a la libertad a través de la resistencia pacífica.

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