Un católico practicante va a misa, tiene un confesor designado, lo conocen en la iglesia por nombre, le hace caso al Papa, da clases de catecismo, nombra a sus hijos de acuerdo al santoral, se conoce al dedillo las reglas de la iglesia, los sacramentos, los pecados capitales, las virtudes, pertenece a una sociedad benéfica, reza el rosario todos los días a la hora del Angelus. Por alguna razón parecen pertenecer en su mayoría a los dos extremos económicos de la sociedad: es decir los pudientes, clase media-alta o sinceramente ricos, o las clases humildes o realmente pobres.
Un católico no-practicante nace en una familia que se define católica. Hace la primera comunión a los ocho años y a menos de que lo pongan a estudiar en un colegio de monjas o curas, no vuelve a pisar una iglesia hasta que alguien se casa, se bautiza o se muere. El católico no-practicante conoce los 10 mandamientos, no necesariamente en perfecto orden, sabe que Jesús murió por nuestros pecados y puede que desarrolle una cierta familiaridad con él, llamándolo algo así como que “Chui, Chuito, Jesucito” y sus plegarias tienden a ser, si son hombres, algo parecido a: “Cónchale Chuito, méteme una mano aquí, papá.” Si son mujeres, los más probable es que se sientan identificadas con una virgen o una santa en particular y sea a ellas a las que pidan intersección. Los católicos no-practicantes se persignan en momentos de tensión o alivio, pueden exclamar “Jesús, María y José” en momentos de asombro y se casan por la iglesia con los condones y las pastillas anticonceptiva guardados en la maleta. No confían mucho en los curas, pocas veces han leído la Biblia, juran que Jesús se parece a Robert Powell en la película de Zefirelli y no ven conflicto alguno en poner un bonachón Buda entre el Niño de Atoche y la Virgen de la Rosa Mística. Creo que está demás decir que yo fui una católica no-practicante.
(Continuado en mi blog htpp://autoexcomul.blogspot.com)
jajajajaja yo tambien!...pero somos de buen corazon
ReplyDelete